Argentina ostenta uno de los índices más
altos de mortalidad por accidentes de tránsito.
21 personas mueren por día; hay 7.485
víctimas fatales por año (2013) y unos 120 mil heridos de distinto grado y
miles de discapacitados. Las pérdidas económicas del tránsito caótico y
accidentes de tránsito superan los U$S 10.000 millones anuales.
Pero no se trata de números, sino de vidas
humanas. De hombres, mujeres, jóvenes y niños, que vieron truncadas sus vidas a
causa de un accidente de tránsito.
Son proyectos, sueños, ilusiones y
esperanzas muertas. Familias destrozadas. Luchar para transformar esta realidad
es el objetivo de Luchemos por la Vida.
Es como si un avión de pasajeros cayera
todas las semanas muriendo unas 130 personas cada vez. Y si así ocurriera,
seguramente, no estaríamos tan tranquilos. Las autoridades tomarían graves y
urgentísimas medidas de seguridad.
No sucede lo mismo con los accidentes de
tránsito. Tal vez, porque las muertes se producen de a una, de a dos, o de a
tres. Los muertos en accidentes de tránsito no nos "llegan" tanto. Se
los considera lejanos, creyendo que son cosas que les ocurren "a
otros". Difícilmente se cree que cualquiera puede sufrir uno en el momento
menos pensado. Nadie al subir a un automóvil experimenta el miedo que muchas
veces se siente al despegar dentro de un avión.
Sin embargo, los accidentes de tránsito en
la Argentina, son la primera causa de muerte en menores de 35 años, y la
tercera sobre la totalidad de los argentinos.
Las cifras de muertos son elevadísimas,
comparadas con las de otros países,llegando a tener 8 o 10 veces
más víctimas fatales que en la mayoría de los países desarrollados, en relación
al número de vehículos circulantes.
Al momento de los hechos, se dan muchas
explicaciones (algunas reales, otras no tanto) pero que suelen poner siempre el
acento -la culpa- del accidente en "los otros". Rara vez se analiza
la conducta en el tránsito en primera persona.
La velocidad es una de las
causas principales de muerte por accidentes de tránsito. Muchos argentinos
consideran que no van rápido a 120 Km/h, cuando a más de 90 Km/h un vehículo es
cada vez menos gobernable, aumentando así el peligro de muerte de sus
ocupantes. Tal vez, muchos estarían vivos de haberse percatado antes de este
detalle. A mayor velocidad, mayor es la distancia que se necesita para detener
el vehículo; más graves serán las consecuencias ante cualquier falla mecánica.,
el reventón de un neumático, una mala maniobra del conductor o cualquier
imprevisto que se presente en el camino.
La noche, la lluvia y la niebla son causas
fundamentales para que deba disminuirse, aún más, la velocidad. Muchos
apurados, nunca llegaron a destino.
Otra causa fundamental de mortalidad en
accidentes de tránsito es atribuible a las bebidas alcohólicas. Los impedidos
para manejar no sólo son los "borrachos": un sólo vaso de vino,
cerveza o whisky, limita la capacidad de conducción, ya que produce una alteración
de los reflejos para conducir.
Las bebidas alcohólicas hacen que las
respuestas y las maniobras, ante cualquier eventualidad de la ruta, o la calle,
sean torpes y lentas. Embota los sentidos disminuyendo la capacidad de atención
normal; genera una falsa sensación de seguridad que predispone a excesos de
velocidad y a todo tipo de violaciones a las normas de seguridad en el
tránsito. Y es falso suponer que el café o cualquier otro estimulante, anulan
sus efectos nocivos. Por lo menos en 1 de cada dos muertos en accidentes de
tránsito en el mundo, está presente el alcohol.
Es ya un clásico -sobre todo en tiempo de
vacaciones- conducir de noche. Las causas invocadas son múltiples: para llegar
de día y aprovecharlo, porque de noche hay menos tránsito, porque no hace tanto
calor. Cuando en realidad, al viajar de noche, se triplica el riesgo de muerte.
El sueño es inevitable y, en el mejor de
los casos, disminuye grandemente los reflejos y la capacidad de reacción. El
ritmo biológico normal de cada persona, hace que ésta esté acostumbrada a
dormir de noche. El conductor ideal, capacitado para conducir de noche con
menos riesgo de quedarse dormido o dormitar, sería aquél que normalmente
durmiera de día y condujera de noche. Se agrava mucho más si no hubo descanso,
o si se trabajó durante todo el día. Pero peor aún si la persona cenó
abundantemente y bebió alcohol.
Y, además, lo lógico: la monotonía del
paisaje, la menor visibilidad, sólo en blanco y negro; la posibilidad de
encontrar en la ruta un animal que se cruza, autos sin luces reglamentarias, y
los encandilamientos. Mejor, conducir de día.
La seguridad pasiva es tan importante como
el respeto a las normas de tránsito. Y el mejor seguro de vida dentro del
vehículo es el Cinturón de Seguridad, que impide ser lanzados contra el
parabrisas, o fuera del vehículo hacia una muerte segura, en caso de accidente.
Con lo que su uso generalizado, disminuiría en un 60 por ciento aproximadamente
la muerte de los ocupantes de los vehículos accidentados. Inclusive en la
ciudad, a poca velocidad, evita la muerte o lesiones graves.
Qué difícil es mantener quietos a los más
pequeños de la familia, dentro del auto, sobre todo en los viajes largos. Sin
embargo, es un acto de amor la observancia de ciertas normas: no es mala
educación darles la espalda dentro del automóvil. Al contrario, se les estará
resguardando la vida. Muchos chicos mueren en accidentes de tránsito, cerca de
sus casas, en brazos de quienes más los quieren. Por eso, la mejor manera de
demostrarles amor es no llevarlos en los asientos delanteros, ni en los brazos
del acompañante, y mucho menos en los del conductor. Los niños siempre deben ir
en los asientos traseros, ajustados con el cinturón de seguridad y en sus
sillas especiales si son pequeños.
Habrá que evitar, además, llevar objetos o
juguetes pesados o punzantes que puedan dañar a cualquiera de los ocupantes en
caso de accidente.
Luces, elementos reflectantes, casco
protector. Tres elementos importantes que no deben faltar al subirse a una
bicicleta. Los dos primeros hacen que de noche los ciclistas sean vistos en la
ruta o calle; la ausencia de los mismos, puede ser causa de muerte. Muchos de
ellos circulan por las calles de contramano con la excusa de que ellos ven
mejor a los autos, sin tener en cuenta la dificultad de verlos a ellos, y así
más de uno terminó arrollado por un vehículo.
La utilización del casco protector para
ciclistas y motociclistas, tal vez, evitaría más de la mitad de las muertes.Motociclistas y ciclomotoristas
constituyen otro espectro de riesgo en las calles y rutas.
El Exceso de velocidad, la falta de uso
del casco protector (la mayoría de las veces se los lleva colgando del brazo),
la falta de respeto a las señales de tránsito (semáforos, contramano) y las
"proezas" que demuestran sus conductores (wheellies, zig zag entre
los vehículos) son la sumatoria de una lista de muertes y accidentes sobre 2
ruedas. Y no hay que olvidarse que afecta, principalmente, a adolescentes y
jóvenes.
Los peatones son la víctima codiciada por
colectiveros y taxistas ansiosos. No se les otorga prioridad de paso ni en
esquinas ni sendas peatonales. Y ellos mismos, son la causa de su propia muerte
al no respetar las reglas básicas de tránsito, como por ejemplo, cruzar por las
esquinas con la señal del semáforo a favor. Se trata de respetar y hacer
respetar los propios derechos, sin olvidar que todos, en algún momento, se
convierten en peatones. Inclusive los colectiveros y taxistas. Por eso, aún en
las esquinas y sendas sin semáforos, los peatones tiene prioridad de paso.
Fuentes:
Revista "Luchemos por la vida"
Video:"Los cazadores de peatones"
"Claves para una Conducción Segura"
"Manual de Seguridad Vial para decisiones profesionales"
"Manual de Seguridad Vial:Cinturones de seguridad y sistema de retención infantil"
"Manual de Seguridad vial:Beber y conducir"
"Manual de seguridad vial:Control de velocidad"
"Prevención de lesiones causadas por el tránsito.Organización Panamericana para la salud"
Web :www.vialidad.gov.ar
web:infotransito misiones
web:seguridad vial Misiones
Por Mabel Serbluk
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